Una de las principales "enfermedades" que padecen los edificios antiguos con el paso del tiempo es la aparición de aluminosis en el hormigón. Desde nuestra experiencia en la rehabilitación de edificios en Salamanca, te damos algunas claves para saber qué se puede hacer para lidiar con este problema.

Desde la segunda mitad del siglo pasado hasta bien entrados los años 80, se empleó en muchos edificios cemento aluminoso para elaborar el hormigón. Con el paso del tiempo, la aparición de la aluminosis genera un deterioro en sus propiedades y la estructura pierde resistencia, llegando a deteriorarla tanto que existe la posibilidad de derrumbe. Es un problema bastante habitual con el que suelen lidiar los profesionales dedicados a la rehabilitación de edificios en Salamanca.

La aluminosis puede presentarse en muchos niveles de gravedad, y requerir desde un sencillo refuerzo hasta el derribo completo, por lo que es necesario realizar primero una valoración. Si se determina que la estructura está debilitada, es posible reforzarla sin demasiados problemas estéticos, por ejemplo, añadiendo láminas de acero a la parte inferior de las vigas afectadas o colocando pilares metálicos de refuerzo. Si es un problema localizado, también se puede apuntalar provisionalmente la zona y sustituir por completo el elemento estructural afectado.

En cualquier caso, lo mejor es la prevención. La aluminosis se agrava en presencia de altas humedades y temperaturas. Si todavía estamos a tiempo, es posible con un mantenimiento e inspecciones periódicas mantener en buen estado la estructura durante muchos años.

La mejor manera de saber cómo actuar ante un problema de estas características es contar con profesionales en el sector para que valoren las necesidades a cubrir y con los mejores equipos de trabajo. En Ingrinamar disponemos de varios años de experiencia en reformas y rehabilitación y te invitamos a consultar con nosotros tus dudas.